Los graffiti de los peregrinos en la Catedral de Oviedo
«Si éstos callan, gritarán las piedras» (Lc 19,40).
El viernes 20 de noviembre a las 19:00 h, en el salón de actos del Museo Arqueológico de Asturias, continuarán las III Jornadas de Arqueología Medieval organizadas por APIAA con la conferencia de José María Hevia y Carlos de Posada sobre la Memoria de los peregrinos a través de sus graffiti en la Catedral de Oviedo.
Los graffitis contemporáneos son considerados arte efímero, pero las firmas de los canteros de catedrales y las huellas de los peregrinos permanecen desde el s X al s XVII en las piedras románicas y góticas. Mientras los canteros dejan su marca de gremio y maestría, los peregrinos expresan su palabra de libertad y de fe. Asumimos que es empresa excesivamente pretenciosa intentar convertir estas palabra de piedra en aula de conferencia y su credo en renglón de papel. Desde Didron (1845) y Rziha (1880) estudiando la catedral de Reims y Estrasburgo hasta la publicación en 2014 de Jennifer Alexander (Universidad de Warwick) y Therese Martin (CSIC) sobre las marcas de la Catedral de Santiago de Compostela, los trabajos se han centrado en las firmas de los maestros canteros y en las marcas de honor como imitación de las armas de las casas noviliarias. Creemos que dentro de este lenguaje en piedra los gaffitis de los peregrinos merecen un apartado específico.
En su peregrinación hacia la Cámara Santa, en los lugares de mayor concurrencia y espera (puertas o escaleras), nos dejan constancia de su paso, incluso con sus nombres propios; a veces se mezclan y superponen las marcas lapidarias tanto de canteros como de peregrinos. Dentro de los miles de graffitis de nuestros muros catedralicios conviene tomar de la gliptografía algunos criterios para poder diferenciarlos y clasificarlos.
Entrenados en seguir señales por los caminos, los peregrinos también nos dejan las suyas en la Sancta Ovetensis, catedral de peregrinación. La huella de peregrinos más abundante en los muros es sin duda la cruz con tipología muy variada. Constan también nombres y fechas de aquellos que desearon dejar constancia de su presencia. Y no faltan algunos signos de uso esotérico. Nuestra tarea, entre varios miles de marcas registradas, es una sencilla iniciación para poder traducir hoy a aquellos peregrinos que nos hablan desde el ayer de las paredes de la Catedral.