Usted está aquí: Inicio / Monasterios / Monasterios / Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación de Cangas del Narcea

Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación de Cangas del Narcea

Dominico, femenino

El monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación fue un convento femenino de monjas dominicas recoletas fundado en el siglo XVII en Cangas del Narcea, Asturias. Originalmente ubicado en la calle Mayor de la villa, su edificio conventual fue demolido en 1930, y la comunidad se trasladó a un nuevo convento construido en la huerta de Velarde. A pesar de su desaparición, aún se conservan vestigios en el subsuelo del área donde se levantaba, lo que podría permitir futuros estudios arqueológicos.

La iniciativa de fundar el convento surgió de Juan Queipo de Llano, un cangués que llegó a ser obispo de Pamplona y Jaén. Tras su muerte en 1647, su hermano Diego Queipo de Llano tomó el relevo del proyecto, aportando 40.000 reales para la construcción del edificio. Sin embargo, cuando también falleció, su viuda, Juana Álvarez de Murias, se encargó de culminar la fundación. Además, el convento recibió un privilegio que le garantizaba una renta anual de 600.000 maravedíes.

En 1649, las autoridades municipales concedieron el permiso para la construcción y en 1650 se obtuvo la autorización real. Diego Queipo de Llano adquirió varias casas en la villa para levantar el monasterio, aunque la comunidad de monjas no se estableció definitivamente hasta 1658. Inicialmente, las religiosas habitaron una casa provisional hasta la finalización de las obras. La primera comunidad estaba compuesta por cinco monjas provenientes del convento de San Cebrián de Mazote en Valladolid, una novicia y un padre vicario. En 1663, ya había dieciséis monjas, la mayoría pertenecientes a la nobleza local y comarcal. El monasterio también contaba con una cátedra de Artes, financiada con 3.000 ducados por Gonzalo Coque, canónigo local. Esta institución fue reemplazada en el siglo XVIII por una Cátedra de Filosofía.

A lo largo de su historia, el convento se enfrentó a no pocas dificultades económicas. Asimismo, en 1698, tres monjas fueron acusadas de posesión demoníaca y sometidas a exorcismos, lo que le generó una no buscada notoriedad en la época. En el siglo XVIII, las religiosas pasaron apuros financieros y tuvieron problemas para mantener la cátedra de filosofía. Los censos de la época reflejan una progresiva disminución en el número de monjas, probablemente debido a reformas religiosas promovidas durante el reinado de Carlos III.

Durante el siglo XIX, la comunidad siguió viviendo con precariedad económica. En 1802, un informe indicaba que las monjas pasaban grandes estrecheces por la falta de rentas. En 1835, la desamortización de Mendizábal no las expulsó, pero el convento perdió varias propiedades. En 1868, con motivo del tercer centenario de su fundación, la reina Isabel II otorgó una ayuda financiera que permitió realizar obras de restauración. Finalmente, en 1930, el convento fue demolido por decisión del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, que adquirió el terreno para el desarrollo urbano de la villa.

El convento de la Encarnación se construyó siguiendo un modelo arquitectónico prototípico del siglo XVII, con una iglesia y un claustro alrededor del cual se organizaban las dependencias conventuales. A través de los estudios existentes podemos distinguir varias fases constructivas.

Fase fundacional (1650-1667). Se construyó la iglesia y el claustro principal. La fachada del templo, orientada a la calle Mayor, incluía una portada con un frontón partido, una hornacina con una imagen y un escudo entre volutas. Se cree que el templo tenía planta de cruz latina y una cabecera orientada al sudeste. El coro alto servía a las monjas para asistir a los oficios sin ser vistas.

Ampliación del siglo XVIII (hacia 1744). Debido al aumento de la comunidad religiosa, el convento adquirió y derribó casas aledañas para ampliar su espacio. Se construyó un nuevo cerramiento en el lado norte, creando una nueva ala del edificio y reorganizando los espacios de las dependencias internas.

Reformas del siglo XIX (después de 1868). Se realizaron obras de mantenimiento financiadas por la reina Isabel II. Se reformaron los locutorios, la sala de labor, el noviciado, la procuraduría, las celdas y el coro alto de la iglesia. También se reforzaron algunas estructuras deterioradas.

A pesar de su desaparición en 1930, el convento dejó su legado en la villa, y los planos y fotografías antiguas permiten reconstruir su estructura general. Su ubicación en la calle Mayor, una de las principales arterias de Cangas del Narcea, demuestra su importancia en la expansión urbanística de esta población durante el siglo XVII.

Imágenes

Figura 1. Vista parcial de la fachada principal del convento hacia 1910. Fuente: www.touspatous.com

Cangas del Narcea Figura 1

Figura 2. Portada de acceso a la iglesia abierta a la calle Mayor. Fuente: www.touspatous.com

Cangas del Narcea Figura 2

Figura 3. Puerta de la portería, ubicada en la esquina noroeste del edificio conventual. Fuente: www.touspatous.com

Cangas del Narcea Figura 3

Figura 4. Plano de la villa de Cangas del Narcea, firmado por José E. Valdés para el proyecto de abastecimiento de aguas de la villa de Cangas de Tineo. Fuente: www.touspatous.com. Se aprecia la planta del convento distribuida alrededor de un claustro central.

Cangas del Narcea Figura 4

Figura 5. Parcial del plano de la villa de Cangas del Narcea en 1771. Fuente: Ministerio de Cultura, A. G. S. MPD 50016. Al fondo se aprecia el convento de la Encarnación, configurando el ensanche septentrional de la villa medieval, conjuntamente con la nueva iglesia de la Magdalena (A) y el palacio de Omaña (F), ambos en primer término.

Cangas del Narcea Figura 5

Nailos

Artículo completo en la revista Nailos: https://nailos.org/index.php/nailos/article/view/265

Acciones de Documento