Usted está aquí: Inicio / Monasterios / Monasterios / Monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos

Monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos

Cisterciense, Congregación de Castilla, medieval

El monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos, ubicado en el concejo del mismo nombre en el occidente de Asturias, se encuentra en un entorno rural aislado, rodeado de montañas y junto al río Villanueva, características que favorecieron su fundación y desarrollo como un lugar de retiro espiritual. Aunque su origen se remonta al siglo XII, la evolución de sus edificios y su historia reflejan los cambios culturales, económicos y religiosos que marcaron la vida monástica en Asturias.

La historia del Monasterio de Santa María comienza en el año 1144, cuando Alfonso VII confirmó la donación de las tierras de Villanueva de Oscos a una pequeña comunidad de monjes. Estos religiosos seguían la regla de San Benito y buscaban un lugar apartado para practicar una vida ascética y espiritual. La elección de esta ubicación, un terreno pantanoso y poco poblado conocido como «As Trémolas», estaba en consonancia con el ideal de retiro y austeridad de las reformas religiosas de la época.

El monasterio alcanzó un punto clave en su consolidación cuando se integró en la orden del Císter en 1203, hecho que le aportó una organización más estructurada y una mayor influencia en la región. A lo largo de los siglos XIII y XIV el monasterio amplió sus propiedades mediante compras y donaciones, y consiguió un señorío jurisdiccional concedido en 1180 por el rey Fernando II y ratificado en 1191 por Alfonso IX. Esta expansión territorial fue fundamental para su prosperidad, permitiendo financiar las obras de su iglesia y edificios anexos.

Durante el siglo XV, el monasterio sufrió un periodo de declive económico e institucional que culminó en su integración en la Congregación de Castilla en 1511. Este cambio, apoyado por los Reyes Católicos, ayudó a sanear sus finanzas y a recuperar su posición como centro de poder regional.

El monasterio experimentó múltiples etapas constructivas, reflejadas en los diferentes lenguajes arquitectónicos que han llegado hasta nuestros días.

Siglo XII (fase románica). Del núcleo original del monasterio conservamos parte de la iglesia románica de planta basilical, en concreto, su ábside central semicircular cubierto con bóveda de medio cañón. La mampostería de pizarra predominaba en la construcción, reflejando los recursos locales disponibles.

Siglo XIII (expansión cisterciense). Tras integrarse en la Orden del Císter, se amplió la iglesia con la construcción de tres naves separadas por arcadas de arcos de medio punto. Este diseño seguía las normas cistercienses, centradas en la funcionalidad y la sobriedad.

Siglo XIV (fase gótica). En esta etapa se añadieron dos ábsides laterales con bóvedas apuntadas y se construyeron contrafuertes exteriores para estabilizar la estructura. También se añadieron sepulcros y arcosolios en las paredes de la iglesia, destinados a benefactores que habían contribuido a la ampliación del monasterio.

Siglos XVI-XVIII (Renacimiento y Barroco). Este periodo marcó una transformación significativa, con reformas y ampliaciones que incorporaron elementos ornamentales y funcionales. Se construyeron nuevas dependencias como el claustro y una sacristía.

El periodo Barroco, que abarcó desde la segunda mitad del siglo XVII hasta finales del XVIII, supuso el apogeo arquitectónico del monasterio, consolidando gran parte de su configuración actual. De esta época conservamos las siguientes construcciones.

  • El claustro y áreas funcionales. Durante este periodo, se construyó un nuevo claustro cerrado de planta cuadrada, que organizaba las dependencias del monasterio. Las ventanas y puertas del claustro incorporaban molduras barrocas, influenciadas por el estilo gallego. En el lado suroeste se añadieron nuevas celdas, una despensa y una fuente, además de otros elementos prácticos como la cocina y el refectorio.

  • La portada monumental. Uno de los elementos más destacados es la portada monumental de la fachada suroeste, realizada a principios del siglo XVIII bajo la dirección del abad Diego Morán. Este acceso principal, con una rica ornamentación y detalles característicos del barroco gallego, marcaba la entrada al monasterio, destacándose por su elegancia y monumentalidad.

  • Reformas en la iglesia. La iglesia también fue objeto de importantes remodelaciones. En 1785 se construyó la espadaña, que añadía verticalidad al edificio y lo hacía más imponente. La fachada principal del templo y la pared norte fueron renovadas en esta misma etapa, incorporando detalles neoclásicos que complementaban el estilo barroco predominante.

Estas edificaciones combinaron el uso de pizarra para la mampostería y la arenisca para elementos decorativos y estructurales, como las esquinas y las molduras. Estos materiales, extraídos de canteras cercanas, reflejaban una adaptación a los recursos locales y una técnica constructiva que buscaba solidez y durabilidad.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el monasterio se enfrentó a una serie de dificultades. La crisis económica, los conflictos con los vasallos y los acontecimientos bélicos, como la ocupación durante la Guerra de la Independencia, marcaron su declive. Finalmente, con la desamortización de Mendizábal en 1835, la comunidad fue exclaustrada y sus bienes fueron expropiados, lo que provocó su abandono progresivo y el saqueo de sus instalaciones.

El monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 3 de octubre de 1991, lo que garantiza su protección legal como patrimonio histórico. En la actualidad, la mayor parte del complejo pertenece al Principado de Asturias, aunque algunas áreas están en manos privadas.

En términos de conservación, el estado del monasterio es relativamente bueno. La iglesia se mantiene completamente en pie, y los alzados del monasterio han resistido el paso del tiempo. En el año 2015 se retiró la parte de la cubierta que se había arruinado y se consolidaron las testas de los muros. En 2016 se realizaron excavaciones arqueológicas que permitieron documentar elementos importantes, como las antiguas cocinas y el sistema de alcantarillado. Durante 2023 y 2024 se acometió la restauración de la estructura de la cubierta del claustro que se conservaba, la rehabilitación en aquella parte que faltaba y la renovación de toda la pizarra que lo cubría. Se puso especial cuidado en la rehabilitación de la galería en la solana que mira al sur o en asegurar la conservación de la chimenea.

El Monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos es un testimonio singular de la evolución histórica y arquitectónica de los monasterios asturianos. Su desarrollo desde el románico hasta el barroco refleja la riqueza cultural y económica de la región en diferentes épocas. Pendiente de darle un uso que promueva el desarrollo de la zona, su relevancia como patrimonio cultural y su valor arquitectónico lo convierten en un lugar de gran interés para especialistas y de visita obligada para los visitantes de Los Oscos.

Imágenes

Figura 1. Fotografía publicada en la Asturias de Bellmunt y Canella en 1900, tomada desde el sureste.

Villanueva de Oscos Figura 1

Figura 2. La cubierta restaurada en 2024 con la galería de la solana rehabilitada.

Villanueva de Oscos Figura 2

Figura 3. Vista del canal-alcantarilla con cubierta de grandes losas de pizarra desde arriba y desde el interior. Foto de Luis Blanco Vázquez.

Villanueva de Oscos Figura 3.1

Villanueva de Oscos Figura 3.2

Figura 4. Espadaña construida en 1785.

Villanueva de Oscos Figura 4

Nailos

Artículo completo en la revista Nailos: https://nailos.org/index.php/nailos/article/view/248

Acciones de Documento