Balance de las jornadas sobre la Cámara Santa
Pasados ya los días de charlas y visitas toca hacer balance de la última actividad realizada por APIAA, la cual se ha centrado en divulgar, desde diferentes perspectivas, las últimas novedades entorno a la Cámara Santa y por extensión la época del Reino de Asturias y sus manifestaciones arquitectónicas. Nuestra opinión es que la calidad de las aportaciones y el éxito de público han sido las tónicas dominantes de estos días. El primer viernes lo dedicamos al contexto de la arquitectura paleocristiana donde se hunden las raíces de las soluciones arquitectónicas propias de la Alta Edad Media. Pablo Santiago Zambruno puso a nuestra disposición un amplio elenco de imágenes y ejemplos romanos, tanto de la Península Itálica como de Oriente Próximo en una interesante conferencia. Su principal conclusión defiende que fue la arquitectura la condicionó inicialmente el uso litúrgico, es decir, el uso de los edificios transformados o concebidos como iglesias. Para ello basta con fijarse en las prácticas que realizaban los primeros cristianos, más sencillas, en sus villas y sus viviendas. La adopción como religión oficial del Imperio supuso una transformación importante de los rituales que tuvieron que adaptarse a los grandes edificios romanos destinados a las celebraciones en masa.
César García de Castro Valdés centró su intervención en la reforma románica de la Cámara Santa. Detalle a detalle, con un amplio manejo de documentación y poniendo de relieve todas las evidencias materiales que ha podido estudiar hasta este momento, demostró las motivaciones y nos enseñó el contexto en el que se llevó a cabo la ubicación del apostolado que actualmente decora la Cámara Santa. Esta temática es única en un edificio como este, ya que suele darse en construcciones claustrales; de hecho, hay detalles evidentes de que se trata de un conjunto escultórico previsto para otro espacio que se adaptó para la Cámara Santa, en un momento especialmente importante de la historia de la diócesis de Oviedo, en el que necesitaba reafirmarse como sede exenta en contra de los intereses expansionistas de Santiago de Compostela. La visita a la iglesia de Santullano, guiada por el mismo experto, fue también muy reveladora, ya que se pudo comprobar in situ cómo muchos cánones de los concilios visigodos y muchas previsiones del rito hispano son evidentes en este edificio, el mejor conservado de la época. Desde la interpretación del espacio hasta la explicación, hasta donde es posible, del programa pictórico, pasando por el análisis de la iluminación o de los ajuares litúrgicos, todo ello fue detallado y cobró sentido en la explicación que nos ofreció el sábado 9 el mismo César García de Castro.
El segundo viernes, día 15 de noviembre, Manuel González López-Corps ahondó en las características del rito hispano. Apuntó diversos detalles importantes para comprender los espacios de las iglesias altomedievales, como la falta de necesidad de confesionarios, la polivalencia del nártex, los usos bautismales y sobre todo las necesidades del sacramento de la eucaristía que explica la necesidad de cerrar a la vista el espacio del altar con cortinajes. Su explicación permitió por un momento llenar de vida estos edificios que hoy en día, en un contexto completamente transformado, ocultan muchas de las razones de ser de algunos de sus espacios. A continuación Sergio Ríos González llevó a cabo una exposición completa de las diferentes excavaciones realizadas en la Cámara Santa y su entorno, desde las realizadas tras la Guerra Civil durante los trabajos de reconstrucción del complejo catedralicio, hasta las más recientes. A pesar de partir de los datos de un espacio muy concreto, su disertación transcendió ampliamente los límites del conjunto de la Catedral para ofrecer un panorama completo del Oviedo medieval y una reinterpretación de todos sus elementos que defiende con claridad que la Cámara Santa y su entorno inmediato ha sido siempre un espacio dominado por el clero y al servicio del mismo, complementario de otras zonas más alejadas en las que se fueron ubicando los palacios de los reyes asturianos.
El último viernes, día 22 de noviembre, Iván Muñiz López y Alejandro García Álvarez-Busto ofrecieron una imagen completa de las élites en los orígenes del Reino de Asturias. Tal y como demostraron en ningún momento dejó de existir en Asturias una mínima organización social, de forma que Pelayo, Favila o Alfonso en realidad no son personajes del siglo VIII, sino más bien del siglo VII, en el que lógicamente nacieron y se formaron. Así se pueden entender los datos que nos ofrecen las excavaciones que ambos están realizando en el Castillo de Gauzón, que retrasan la fundación de este enclave al menos hasta el siglo VII sin lugar a dudas. Su exposición estuvo acompañada de la explicación de las diferentes fases constructivas de este yacimiento y de las perspectivas de futuro de sus investigaciones. Después, Margarita Fernández Mier se centró en la explicación del proyecto de investigación que dirige en Vigaña (Belmonte de Miranda) financiado por el Plan Nacional de I-D del Ministerio de Economía y Competitividad, que se realiza en colaboración con diferentes instituciones europeas como la Universidad de Londres, de forma que la puesta en común de la invetigación sobre el fenómeno social agrario en la Edad Media se hace a escala internacional. Describió brevemente las vertientes de este proyecto en los dos últimos años y sus resultados en los diferentes espacios intervenidos que abarcan desde los fondos de una cabaña neolítica a los campos de cultivo medievales pasando por un castro de la Edad del Hierro. La segunda parte de su conferencia se centró en el periodo altomedieval que se está conociendo gracias a las excavaciones en el entorno de la iglesia de San Pedro de Vigaña, cuya necrópolis data del siglo IX. También explicó los datos actuales y las hipótesis con las que está trabajando para interpretar los restos de un enterramiento del siglo VI-VII con ajuar propio de un guerrero, compuesto por un cuchillo y una espada (scramassax).
El sábado 23 Jorge Hevia expuso en el Centro de Intepretación del Naranco la restauración realizada en la Cámara Santa en el exterior del edificio, así como el planteamiento previsto para el interior. Se aprovechó el montaje de una exposición temporal en este mismo lugar para revisar la evolución, gracias a las colecciones fotográficas que posee la Catedral, del actual relicario. En concreto se trata del reportaje fotográfico realizado a propósito de la restauración de 1920-1921 que llevó a cabo Víctor Hevia, de la colección de imágenes durante y tras la reconstrucción de 1941, que realizó el mismo escultor y restaurador, y de las imágenes de la situación actual previa a los próximos trabajos de limpieza.
Finalizada esta charla y la introducción a esta exposición temporal, divididos en dos grupos el público visitó la iglesia de Santa María y la iglesia de San Miguel de Lillo. Miguel Polledo González se encargó del primer edificio del que desveló todos sus avatares y que describió por completo. Interpretado como palacio de recreo, como iglesia, como aula regia, las últimas propuestas realizadas por César García de Castro abogan porque se trate de un oratorio privado del rey, como explicación más plausible al programa iconográfico que la decora. Santiago Calleja Fernández fue el guía de San Miguel de Lillo, cuyo entorno ha sido reacondicionado recientemente. Los avatares de esta iglesia son ampliamente conocidos gracias a las excavaciones realizadas por Aurelio de Llano y por el Instituto Arqueológico Alemán, así como por diversos seguimientos que han acompañado a las obras de restauración. Esta iglesia de planta basilical típica de la época conserva el gran misterio de interpretar su decoración y los escasos restos de su programa iconográfico, complemente distintos y diferentes del resto de los que se pueden observar en las demás iglesias asturianas.
Con ellos finalizó este ciclo, en el que nos acompañaron 80 personas en cada una de las conferencias, en alguna de ellas incluso alguna más, dejando pequeño el salón de actos del Museo hasta no poder ubicarse más sillas auxiliares. Este mismo número de gente acudió a la explicación de Santullano. El día de la visita al Naranco, a pesar del frío y de la motivación extra a la que obliga la distancia de estos edificios del centro de la ciudad, nos acompañó un número justo y perfecto de 50 personas (no pueden entrar más de 25 en cada edificio por razones de espacio).
Desde APIAA queremos expresar nuestra satisfacción por la acogida de estas actividades. Su organización no habría sido posible sin la generosísima colaboración de los diferentes ponentes. Cabe destacar también las interesantes presentaciones de cada uno de los días de las conferencias: el primer día con Jorge Sangrador, quién hizo un exhaustivo repaso de los textos de la patrística en los que se fundamenta la liturgia cristiana; el segundo día con Agustín Hevia Ballina quien sintentizó las fuentes del rito hispánico y sus huellas generales en Asturias.
Finalmente queremos agradecer a la UNESCO, al Museo Arqueológico de Asturias, al Centro de Recepción del Prerrománico Asturiano del Naranco, a las parroquias de Santullano y de Naranco, al Arzobispado de Asturias y al Servicio de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias su apoyo y su colaboración, así como al diario El Comercio quién, de nuevo, ha prestado una cobertura singular a los actos. Y especialmente al Ayuntamiento de Oviedo, cuya financiación ha hecho viables estas interesantes jornadas.