Fortalezas del mar. La defensa de la costa asturiana en Época Moderna
La primera charla de las I Jornadas de Arqueología Moderna y Contemporánea que dedicaremos a La frontera del mar. Defensa del litorial del arco atlántico, se celebrará el viernes 3 de marzo de 2017 a las 18:00 p.m. en el salón de actos del Museo Arqueológico de Asturias. Patricia Suárez Manjón será la encargada de impartirla y su título es Fortalezas del mar. La defensa de la costa asturiana en Época Moderna. El espacio costero ha de entenderse como un territorio fronterizo, y como cualquier frontera es un territorio de fricción entre potencias, estados o territorios enfrentados. El litoral asturiano constituye un escenario territorial de primer orden, tanto en su aspecto geofísico como en el político-administrativo, y que por tanto debía ser defendido o protegido.
Existen elementos con un marcado carácter defensivo en la zona costera asturiana ya desde tiempos remotos, como los castros marítimos o algunos castillos medievales situados en la línea de costa o en las desembocaduras de los más importantes ríos asturianos (Villaviciosa, Ribadesella o el Nalón), pero es a partir del siglo XVI cuando los avatares de la política internacional con la creación de los Estados modernos determinan que se produzcan importantes cambios políticos, estratégicos y técnicos, que motivarán la progresiva y completa renovación de las construcciones militares y, de forma muy especial, las costeras. El desarrollo de la navegación y la aparición de las armas de artillería de largo alcance hicieron variar el panorama defensivo de la costa cantábrica, quedando reducidas las fortificaciones costeras anteriores al papel de simples puestos de vigía.
Sin embargo, la imagen del litoral asturiano como una costa abrupta y sus malas comunicaciones interiores fueron consideradas como suficientes defensa, lo que provocó que la prioridad de la Corona se centrara en la defensa de los espacios de los extremos oriental y occidental cantábrico. Aun así la costa asturiana también fue objeto de varios proyectos defensivos que tenían en común tres elementos: la capacidad de los naturales para su autodefensa; una red de atalayas costeras desde donde dar la voz de alarma; y la construcción de pequeños puestos de artillería en los puntos estratégicos como las rías de Villaviciosa, Avilés, Pravia, Navia o Eo y las villas portuarias como Ribadesella, Llanes, Lastres, Gijón, Candás, Luanco, Luarca o Tapia. La mayor parte de los vestigios materiales hoy conservados son fruto de una planificación más ambiciosa desarrollada en el siglo XVIII, cuando se perfila –durante el reinado de Carlos III– un proyecto integral para dotar a los puertos de mar de fortines, aunque solo se ejecutará parcialmente. La entrada es libre hasta completar el aforo. Estas jornadas están promovidas por APIAA y cuentan con la colaboración del Museo Arqueológico de Asturias y del Gran Hotel España.