Javier Fortea, maestro de arqueólogos
El viernes 27 de septiembre a las 18:00 h, en el salón de actos del Museo Arqueológico de Asturias, darán comienzo las Jornadas "El arte paleolítico en la península ibérica. Un estado de la cuestión" que dedicamos a Javier Fortea Pérez en el décimo aniversario de su fallecimiento (2009-2019). Esta primera conferencia correrá a cargo de César García de Castro Valdés, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias y discípulo del homenajeado, quien se centrará en resumir los cuarenta años que el profesor Fortea dedicó a la docencia y a la investigación.
El 1 de octubre se cumplen 10 años del fallecimiento de Javier Fortea, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo desde 1981 hasta 2009, responsable de la formación, como profesor y como director de campañas arqueológicas, de muchos arqueólogos asturianos. Asturiano de adopción, eligió nuestra tierra para desarrollar su labor docente y profesional. Asturias fue durante treinta años escenario y objeto privilegiados de su investigación, llevada a cabo con constancia y rigor ejemplares, así como de su arraigo y fidelidad a la tierra que le acogió como funcionario y en la que se desarrolló su vida familiar. Por su casa de Pría pasaron los más prestigiosos científicos y especialistas en la Prehistoria. Allí le pidieron consejo y ayuda la Administración francesa, le consultaron numerosas universidades europeas y colaboró en trabajos, tesis y publicaciones de diversos países. Allí se iniciaron proyectos que han sido decisivos para el conocimiento de nuestras cuevas, de sus dataciones, de su deterioro, del genoma neandertal y tantas otras empresas científicas, muchas de las cuales están ya hoy en las publicaciones más prestigiosas del mundo.
El conocimiento de la Prehistoria asturiana estará indisolublemente unido a su nombre y será deudor de su trabajo e inteligencia. Una larga lista de cuevas y yacimientos (La Viña, La Lluera, Candamo, Llonín, El Pindal, Tito Bustillo, El Sidrón) han sido objeto de sus investigaciones y publicaciones. No se limitaron estas al arte parietal y a la labor propiamente de excavación, sino también a los estudios y proyectos de conservación de tan extraordinario patrimonio, poniendo las bases de su gestión.
Íntegro, fiel a la verdad, sin concesión alguna a la galería ni a la vanidad, dejó tras de sí una herencia intelectual inestimable. Y el respeto y la amistad de quienes hemos tenido el privilegio de compartir su inteligencia y su sabiduría. Sus alumnos y discípulos nos hemos beneficiado de sus muchos saberes, de la solidez de su armadura investigadora, de su inquebrantable honestidad científica, de su indesmayable entrega al servicio público y de su generosidad. Inolvidables son las campañas estivales de excavación que él dirigía y a las que, año tras año, acudían alumnos que no querían despegarse de aquel ambiente de conocimiento científico palpable, de transgresora libertad y de amistad duradera.
Desde APIAA queremos recordar su memoria en esta fecha destacada, haciendo balance de uno de los campos fundamentales de su investigación, el del arte rupestre paleolítico, tras una década de ausencia.