El proyecto Al Madam está siendo desarrollado bajo la dirección de Carmen del Cerro, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. A las 11 de las mañana del sábado 25 en el Museo Arqueológico de Asturias, esta investigadora nos explicará cómo eran las comunidades campesinas y la cultura de los oasis durante la Edad del Hierro en la Península de Omán, dentro de las Jornadas sobre Arqueología española en el exterior que organiza APIAA. Su proyecto supone la primera presencia científica española en esta región de Arabia, integrándose así nuestro país en una rama de la investigación muy joven y en pleno desarrollo.

El proyecto al Madam nació en el año 1994 gracias a la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Centro de Investigaciones Científicas (CNRS) de Lyon y la Dirección General de Antigüedades del Emirato de Sharjah (EAU). Desde 1996 el yacimiento quedó en manos españolas bajo la dirección del Prof. Dr. Joaquín María Córdoba, Catedrático de Historia de Oriente de la UAM. El equipo formado por historiadores, arqueólogos y dibujantes fundamentalmente, ha integrado a lo largo de los años a un buen número de topógrafos, arqueobotánicos, arqueozoólogos, geólogos y antropólogos que han permitido un estudio interdisciplinar de toda la región del piedemonte de las Montañas de Omán, verdadera columna vertebral de una región que actualmente comparten los Emiratos Árabes Unidos y el Sultanato de Omán.

La región de al Madam, pertenece al emirato de Sharjah. Es una estepa arbolada salpicada de oasis, una alargada concentración de pueblos, palmerales y cultivos agrícolas con una extensión de 10 km de largo por 4-5 km de ancho limitada al este por el piedemonte de las Montañas de Omán y al oeste por una serie de pequeñas montañas que la separan y defienden de las arenas del llamado Espacio Vacío, el gran desierto de Arabia. Como oasis -aunque de dimensiones más reducidas que las actuales-, al Madam abastece a sus moradores desde al menos el III milenio a.C., gracias a varios factores que se han unido para garantizar la productividad de la región en un medio tan precario; las montañas que hemos mencionado y la existencia de una capa freática bastante alta en la Antigüedad.

Nuestras excavaciones se han centrado en los sectores 1 y 2 de la carta arqueológica de al Madam -que cuenta con 54 sectores con restos arqueológicos documentados- y han revelado la existencia de un poblado fechado a finales del Hierro II y principios del Hierro III (800-500 a.C.) levantado en adobe y en un increíble estado de conservación, lo que nos ha permitido hacer una reconstrucción magnífica de la forma de vida de los habitantes de al Madam. Muros, ventanas, parte de la techumbre, suelos, escaleras, hogares, objetos de piedra, bronce y cerámica quedaron sepultados bajo las dunas del desierto, arenas que también taparon varios pozos, una enorme zona de elaboración de material para la construcción del poblado con canales y balsas donde se trabajaba el adobe, así como increíbles galerías subterráneas de captación de agua, que en la región llamamos falaj y que acercaban el agua al poblado desde una capa freática que quedaba a unos 2 km al este de las casas. Uno de los siete falaj documentados ha sido excavado en los últimos años, liberando parte de su trazado, dejando a la vista una galería de 5 m de alto por 55 cm de ancho, así como cinco de sus pozos de acceso y su salida a la superficie en una verdadera red de acequias no documentada hasta ahora en toda la Península de Omán.

Es evidente que el agua o mejor dicho la búsqueda de la misma fueron muy importantes para los habitantes de este oasis durante la Edad del Hierro, lo vemos en cada sector del yacimiento donde hemos trabajado, y su pérdida fue la ruina del poblado. Las excavaciones nos dicen que el agua empezó a escasear y los pozos y la galería fueron rebajados, y que descendió el aporte de agua en la zona donde se elaboraba el material de construcción. Pero a finales del Hierro III una fuerte época de sequía sacudió a la región y la capa freática debió descender tanto, que un nuevo rebaje de las estructuras no fue posible. No sólo el rehundimiento de los pozos y la galería nos hablan de un abandono tranquilo del poblado y por propia elección, sino también las estratigrafías, el lento hundimiento de las estructuras y el avance de las dunas. A finales del Hierro III la arena ya había cegado la mitad del pozo del poblado y el falaj ya no estaba en uso.

Al Madam fue tragado por las dunas, y así quedó, esperando cerca de 2.500 años a que un equipo español indagara entre sus restos y lo rescatara del olvido.

Estas jornadas son posibles gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Oviedo, la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca, la Fundación Caja Rural, el Gran Hotel España, el diario El Comercio y cuentan con el apoyo del Museo Arqueológico de Asturias y del Convento de Santo Domingo (Dominicos - Oviedo).